Hace unos años investigadores de la Universidad de California en Berkeley modificaron un robot comercial para convertirlo en un robot guía para personas invidentes o con discapacidad visual.
Este robot que simula la forma de un perro se sujeta también con una especie de correa a la espalda de la persona que lo usa para que sienta sus movimientos. La primera ventaja con respecto a un perro, es que el robot puede grabar infinitos destinos al conectarse al GPS del móvil o del coche.
Otra ventaja es el precio. La formación de un perro guía es muy costosa en tiempo y dinero, pudiendo llegar a una inversión de 30 000€ tras una larga espera por lo que la tecnología podría abastecer con mayor facilidad a las personas invidentes.
La última vuelta de tuerca la está perfeccionando Anthony Camu, un ingeniero de diseño industrial de la Universidad de Loughborough creando un dispositivo portátil. Os dejo el vídeo del artilugio ideado por este estudiante que emula los tirones que dan los perros guía para que la persona invidente sepa a qué dirección debe dirigirse.
¿Llegarán este tipo de robots algún día a sustituir también las relaciones emocionales que se establecen con un animal de compañía?
