En muchas ocasiones, cuando compruebo lo complicado que resulta realizar cualquier trámite administrativo en nuestro país, por simple, obligatorio y necesario que sea, sigo sorprendiéndome…

En muchos casos realizarlo con éxito es una tarea intrincada y desalentadora. Acabo siempre pensando en una escena de “Las doce pruebas del César” de Astérix y Obélix, en su adaptación para niños de “Los doce trabajos de Heracles”. La escena en cuestión se desarrolla en la casa que enloquece en la que tendrán que conseguir un permiso que les permitirá acudir a la prueba siguiente, en un principio una simple formalidad administrativa. Sin embargo, conseguir el formulario A38, que necesitan para seguir avanzando, se convierte en una de las pruebas más complicadas al ser enviados de ventanilla en ventanilla, de piso en piso, de despacho en despacho convirtiendo el simple hecho de conseguir un papel en una escenificación de una Torre de Babel psicopática. La verdad es que la secuencia es muy graciosa, pero pensar en ella en cuanto a la administración de nuestro sistema lo es menos, y más aún cuando hay vidas en juego.

En la primavera del año 2020, en plena crisis del COVID, el personal de los hospitales se encontraba en plena guerra contra la pandemia. Tanto en las trincheras como a campo abierto fueron enviados sin protección, prácticamente desconociendo al enemigo, sin protocolos claros, y en esa situación dramática y tan peligrosa, en esa guerra, a la hora de tomar decisiones o solicitar pruebas médicas que requerían una respuesta urgente y eficaz, fueron frenados en muchos casos por cuestiones burocráticas.

No puedo ni imaginar lo que debió ser encontrarse en las urgencias de un hospital en esos momentos de caos, no puedo imaginar el agotamiento de las guardias triplicadas, del miedo a contagiarse de un virus prácticamente desconocido pudiendo poner en peligro a la propia familia, sin información y con complicaciones administrativas… Si cierro los ojos y pienso en esa época vienen a mí las imágenes de sanitarios haciendo coreografías y personas aplaudiendo en los balcones. Nos enseñaron eso, sin embargo, no se mostró el mal, la devastación, los muertos transportados de una comunidad a otra por colapso de algunas funerarias… Y en nuestra sociedad, lo que no se ve no existe.

Hoy en Voces hablamos con los autores de “La Sanidad en llamas”, un internista y un epidemiólogo que nos van a hablar de lo que no vimos y de lo que puede que veamos.

***Pequeño apunte***: En un momento dado de la conversación hablo de un comunicado enviado al gobierno firmado por más de 60 científicos, entre los que se encuentra uno de los doctores con los que hablaremos hoy, solicitando medidas restrictivas más severas para poder mitigar el virus, ya que a la contención ya llegábamos tarde. Hablo de mayo del 2020, pero el comunicado es de marzo del 2020.

Hecha esta aclaración, ahora sí os dejo con la entrevista.

Gracias por escucharnos siempre.