Durante dieciséis años estudiando los grandes textos de psicología y filosofía que recogen las profundas y vastas enseñanzas de Buda sobre la mente, no escuché otra cosa que no versara sobre cómo mejorar a los seres humanos; sobre las causas que han producido nuestra pérdida de valores y de confianza en nosotros mismos y sobre cómo revertir esa situación hacia una transición positiva. Debemos abordar nuestra propia psicología sin disfraces ni engaños. Al estudiarnos a nosotros mismos no solo veremos lo que somos, sino que nos daremos cuenta de lo más importante de todo: lo que podemos llegar a ser.

A mí también me ha costado llegar hasta aquí, hasta este nivel de comprensión del que te hablo con total convencimiento. Cuando acudí al monasterio de Nalanda por primera vez, pensaba que mis días transcurrirían entre apacibles meditaciones, compartiendo experiencias y recibiendo la guía de los maestros más sabios. Pensaba que mi formación como monje budista sería un bálsamo para mí. Qué equivocado estaba… Sí, la experiencia fue maravillosa. Puedo decir que disfruté cada momento, incluso los más duros, porque, como el resto de los aprendices que deseábamos ordenarnos, no iba a conseguir nada sin esfuerzo.