Gritos lacerantes en la noche, ruidos imposibles que nos atraviesan el alma, sombras que se desvanecen en la oscuridad cuando intentamos encontrar respuestas, objetos que parecen cobrar vida ante nuestros ojos pasmados, respiraciones en el cuello que invaden nuestro espacio vital en nuestra propia cama, manos que nos rozan o incluso que nos golpean, sensaciones de profunda tristeza, de desconsuelo desgarrador o de terror asfixiante donde la única salida es huir de ese lugar…

Pero, y si eso no fuera posible, y si ese lugar fuente de nuestra angustia, de nuestro tormento, fuera nuestra propia casa, o nuestro lugar de trabajo… Y si al preguntar sobre ese espacio en el que pasamos tantísimas horas al día, ese lugar que ha engullido nuestra paz de manera insidiosa y se ha llevado los pocos ahorros que nos quedaban, ese lugar que ha sido nuestra última esperanza de volver a empezar… y, si al preguntar por ese lugar descubriésemos que hace años allí mismo ocurrió algo trágico, dramático, espantoso, truculento… ¿Qué haríamos? ¿Alguien nos creería sin burlarse de nosotros? ¿Alguien nos podría ayudar?

No deseo incomodaros más de la cuenta para este tercer programa de VOCES sin embargo es inevitable caer en estas reflexiones tras leer Los Intrusos de Javier Pérez Campos, un gran investigador de los fenómenos extraños que muchos ya conocéis y que nos visita en Vitakora para intentar aportar algo de luz sobre sucesos que, independientemente del origen que tengan, son reales en cuanto que reales son las consecuencias para sus víctimas, y son reales también porque forman parte de nuestra historia.

Al fin y al cabo, todo se resume a eso, a vidas, vidas que desean vivir, que desean continuar, como nos recuerda el propio Javier Campos en su libro: “(…) en una era de consumo inmediato y cambiante, donde nada tiene valor auténtico y todo es reciclable, parece aún más increíble que muchas de las cosas que nacieron entonces aún perduren. Perdurar… Qué palabra tan bonita. Perdurar hasta el infinito.”
¿Nos acompañáis?