Acaz fue el undécimo rey de Judá en el siglo VIII a.C Acaz, tenía veinte años cuando ascendió al trono, y reinó en Jerusalén dieciséis años. Durante su reinado mandó construir un reloj de sol mencionado en la Biblia.
El hijo y heredero de Acaz, Ezequías (según el capítulo 38 del libro bíblico de Isaías) cayó enfermo y, en su lecho de muerte, agonizante, oró para que se le perdonara la vida. Entonces Dios envió al profeta Isaías para decirle al rey que le daría 15 años más de vida. Como prueba, retrocedería el tiempo.
Y así sucedió.
Ezequías se asombró cuando miró por la ventana el reloj de sol de su padre y vio que la sombra que marcaba la hora retrocedía 10 grados («peldaños»), que son cuarenta minutos. Algo que propició que el rey confiase a partir de ese momento en los mensajes del profeta.
Probando la máquina del tiempo…
En la década de 1970, un grupo de científicos tomó un dispositivo basado en el reloj de Achaz (o en lo que se sabe de él) de la Sociedad Filosófica Estadounidense, lo colocó en el césped de Independence Mall, lo instaló como un reloj de sol y llenó el recipiente con agua, y fue testigo de la la sombra que marca el tiempo retrocede 10 grados, exactamente los cuarenta minutos del milagro de Isaías.
Entonces, el instrumento es, en cierto sentido, una máquina del tiempo.
Alrededor del borde del cuenco superior hay relieves de los signos zodiacales por lo que el instrumento podría haberse utilizado no sólo para conocer la hora del día – uso como reloj solar -, sino también la hora por la noche gracias a la luna, también la posición de los planetas… ¿Tendría otros usos más prácticos o misteriosos?
A veces se nos olvida que el ser humano está desarrollando su cerebro hace miles y miles de años…
El Hydrographicum
La palabra Hydrographicum sugiere «escribir con agua» o «escribir en agua». En la parte inferior o cóncava del más pequeño de los dos cuencos hay dos gráficos que corresponden a la latitud del usuario del reloj de sol, dos bocetos y la siguiente inscripción en latín:
«Esta concha semicircular explica el milagro del capítulo 38 de Isaías. Porque si llenas la palangana con agua, la sombra del sol retrocede diez grados. Además, indica cualquier hora común del día, junto con el de los planetas que ellos llaman horas«.
Reloj trazado en el interior de una copa en el interior de copas y cálices rellenos de líquido habituales en el siglo XVII.
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Imagen principal: Angel Glen