El 5 de junio de 1898 nace Federico García Lorca, poeta que hermanarán en Fuente Vaqueros en 1990 con Miguel Hernández, otro escritor que como él hablaba del pueblo, del hambre y de las cárceles.

Y es que Federico García Lorca vivió en su propia cárcel como apunta Carlos Mayoral nuestro invitado de hoy en “Voces”, en esa España que no despenalizó la homosexualidad hasta el 26 de diciembre de 1978. Sus obras salpicadas de encierro son ahora más que nunca necesarias para entender lo que hemos estado viviendo en estos dos últimos años. Podemos reconocer en sus palabras “en la bandera de la libertad bordé el amor más grande de mi vida” un faro que devuelva esas ganas de vivir que muchos han perdido por el camino en esta pandemia. 

En su faceta más modernista o en sus escritos más vanguardistas, Lorca siempre presente a pesar de que intentaron enterrar su voz, nos grita que no, que el arte no se puede esconder ni aniquilar, que el arte y la cultura lo sobrevuelan todo para embellecernos y señalarnos que el camino no es el que le ofrecieron ese 18 de agosto de 1936, ese camino del silencio sino el de la palabra.