MANZANAS, AZÚCAR Y CANELA EN RAMA
«Esta mañana mi madrastra, que tiene casi treinta años menos que yo, me ha enviado una foto de mi padre trabajando en el nuevo periódico digital que ha fundado. Se me han saltado las lágrimas. Entre unas cosas y otras llevo dos meses sin verle. Nos queda poco tiempo para compartir. Y el confinamiento es un tiempo arrebatado a la vida. Regalado a la muerte.
Esta tarde mi hija Caterina me ha llamado para pedirme la receta de la tarta de manzana. Su favorita. Sé lo que significa para ella. Lo he vivido yo misma en otras ocasiones. Esa tarta sabe a casa, a familia, a madre. Me ha hecho ilusión.
Esta noche he tenido una larga conversación telefónica con un hombre que siempre me ha gustado. Pero al que nunca he hecho caso. De pronto, solos los dos, hemos pasado un rato agradable. No sé muy bien qué significa.
Nina y Bowie duermen conmigo. Beso sus hocicos húmedos. La compañía felina es la única posible.
Todo continúa al fin.»